Los pezones invertidos, son una deformación que provoca alteración tanto funcional como estética. La mama está compuesta por un tejido glandular central que acaba en conductos galactóforos reunidos en el pezón. Algunas pacientes tienen estas estructuras muy fibrosas y pueden producir una retracción del pezón que queda “enterrado” sin protruir convenientemente, esto puede dificultar la lactancia materna y además causar un problema estético que moleste a la paciente.
La corrección estética de esta anomalía consiste en una sencilla intervención quirúrgica que puede realizarse cómodamente con anestesia local, permite corregir la posición del pezón y exteriorizarlo de forma adecuada.